“El plan dice que…” o “el cronograma dice que…” son frases que escucho frecuentemente. Pero, más allá del plan o el cronograma será importante revisar qué dice el objetivo del proyecto. El objetivo del proyecto debe ser nuestro norte (el ¿hacia dónde vamos?) y el plan o el cronograma nuestro camino para llegar (el ¿Cómo hacemos para llegar?).

En este post desarrollaré una metáfora, utilizando una frase que me gusta mucho: escribe tu plan en arena y el objetivo en piedra. Mi interpretación de esta frase es que siempre debemos tener muy claro el ¿Hacia dónde vamos? e ir ajustando el ¿Cómo hacemos para llegar?, en función de la nueva información que irá apareciendo a medida que avanzamos en el proyecto, o a la situación que enfrentemos. Lo importante es el objetivo, no el plan; por eso, si el plan está escrito en arena, nos da la posibilidad de reescribirlo tantas veces como sea necesario, para llegar al objetivo.

Imaginemos que el objetivo de nuestro proyecto es conectar los puntos A y B.

Analizando la información que tenemos del proyecto en este momento, nos preguntaríamos ¿Cuál es la distancia más corta entre dos puntos? y la respuesta sería una línea recta. Entonces para el objetivo de conectar los puntos A y B, nuestro plan sería: a través de una línea recta.

Listo, definimos que para conectar los puntos A y B, nuestro plan será hacerlo a través de una línea recta. Sin embargo a medida que vamos conociendo el proyecto y avanzando el él, descubrimos que entre estos 2 puntos hay un lago y una montaña.

Quienes piensen que el plan está escrito en piedra, buscarán la forma de mantener la línea recta entre los puntos A y B. Quizás construyendo un puente sobre el lago y un túnel a través de la montaña, provocando que el proyecto tarde más de lo previsto y que cueste más de lo presupuestado.

Y quienes piensen que el plan está escrito en arena y el objetivo en piedra, buscarán alternativas menos costosas (tiempo y dinero), para conectar los puntos A y B. Es decir, reescribirán el plan para alcanzar el objetivo de forma eficiente y efectiva, ajustando la estrategia en función de la situación. En este sentido, bordear el lago y la montaña sería una de esas alternativas para cumplir con el objetivo de conectar los puntos A y B.

¿Estás list@ para escribir tu plan en arena? Y más importante, ¿estás dispuest@ a reescribirlo tantas veces como sea necesario, para llegar al objetivo?